jueves, 17 de septiembre de 2009

Tercer Comunicado desde el Salvador...

Ya es de noche otra vez, noche del 15 de septiembre, independencia de Centroamérica... Desde muy temprano y hasta tarde tronaba el ambiente, el cielo se partía con el paso de los aviones y helicópteros, se cuadraba el aire al son de las bandas militares que se repartían en el terreno y el sol fue el foco principal de este martes. Si bien este tipo de celebraciones no son mis preferidas, fue inevitable acordarme de Chile y el 18 que se viene encima. Ya estarán los supermercados tricolores y sus pasillos con esculturales huasas de fundo ofreciéndote la mejor opción para ese asado inolvidable.
Sin embargo, no puedo decir que en algún lugar de mi estómago no extrañaré el infaltable asadito y el vinito de costumbre, sobre todo andando en esta tierra de frijoles y más frijoles.
Pero el trabajo que acá se vive deja en segundo plano los frijoles y las tortillas de maíz.
Hace tiempo que no escribía, no es porque no tenga nada que escribir, sino todo lo contrario. ¿Por dónde empezar y qué contar de los días que hemos pasado en Ayagualo la primera semana, en Suchitoto descansando y ahora en Mejicanos, volviendo al trabajo?
Empezar por el final quizá que es lo que está más fresco en la memoria... Luego de un descansito en la hermosísima ciudad de Suchitoto (busque UD. en la web y verá que es cierto lo de hermosísima), con asado argentino-uruguayo-chileno incluido, nos vinimos a Mejicanos, cerquita del centro de San Salvador.
Durante todo el proceso hemos trabajado sobre nosotros mismos, no por eso ajenos a la sociedad, pero el énfasis de la Escuela Equinoccio está centrado en el reconocimiento del modelo hegemónico de masculinidad (MHM) en nuestros propios cuerpos y prácticas, es decir, con la consigna de que la transformación primero es personal.
¿En qué me parezco al MHM? ¿en qué me distancio del MHM? No es fácil reconocer ni lo uno ni lo otro. Pero claro que hay bastante de ambos, más de lo que uno pensaba...
No basta con tener un discurso de trabajo en género, profeminista, de trabajo en masculinidades... No basta.
Si bien es cierto que el MHM se ha desenvuelto muy bien en el terreno académico y han habido grandes avances de las compañeras feministas primero y más tarde de hombres involucrados en el tema, no es en el discurso ni en los ensayos, paperas, investigaciones, etc donde el MHM causa más inequidades, sino en la cotidianeidad, en los juegos, en las relaciones humanas con otras y otros, en las relaciones que establecemos con nosotros mismos y con el medio...
El MHM se esconde de manera muy sutil, se renueva y acomoda según las edades, etnias, clases sociales y géneros.
Gracias a este acomodamiento y el descuido nuestro para identificarle, el MHM sustenta la violencia ejercida a mujeres y hombres, violencia que llega hasta la muerte, tal y como lo hemos visto en los últimos días.
Por eso debemos estar alertas. Alertas primero con nuestros cuerpos, con nuestras performances, nuestra forma de saludar, de abrazar, de demostrar cariño. Luego alertas con las sutilezas de las relaciones con otras y otros, alertas con las manipulaciones, justificaciones de la violencia física, económica, psicológica, simbólica, etc. También estar alertas al medio y sus violencias, a las injusticias y condiciones que ayudan a sostener este modelo, sabiendo que no estamos ajenos a reproducir estas violencias, pues no dejamos de ser parte del medio social.
La invitación de esta primera semana de trabajo es a estar alertas, instalar la sospecha en lo que hacemos y decimos, recordar que nada es tan natural como parece, estamos invitados a ajustar el foco y ver más allá de lo que vemos.
Ó.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Arranca la Escuela Equinoccio junto a Cumpleaños en El Salvador

Hoy, 7 de septiembre de 2009, fue el primer cumpleaños que paso fuera de Chile, mejor dicho fuera de mi casa.
Es primera vez que no recibo un saludo de mi madre justo a la media noche. Es la primera vez que no recibo llamadas con buenos deseos. Es también la primera vez que siento ganas de decir: … ey!, hola? ¿sabías? Estoy de cumpleaños hoy... Nadie tenía que saberlo y verdaderamente me sorprendieron.
Me desperté a las 7 de la mañana para ducharme, sacarme la humedad del cuerpo e irme al desayuno que me esperaba, como de costumbre porotos negros con algo más. Ayer fueron porotos negros con crema y plátano frito, hoy con huevo frito y jamón. Rápido se va acostumbrando el estómago, en realidad no pasa nada, es bastante más práctico que no te dé hambre a mitad de mañana, se pierde menos tiempo y se disfruta más el almuerzo (por supuesto con porotos otra vez).
Intenso desde el primer momento. Mucho ejercicio físico, abundante corporalidad, timidez, confianzas, desconfianzas, dificultades, sospechas, discursos, sinceridades, cariños, alegrías, solidaridad, broncas, trampas, cuidados, respetos, risas... Este es el resumen de lo que sentí, de lo que sentimos. Un resumen que dice muy poco de lo que sentimos los hombres cuando nos enfrentamos a nosotros mismos, cuando no hablamos sólo de “los otros hombres” (lo que es bastante sencillo y común), sino de nuestros miedos, nuestros cuerpos, nuestras esperanzas, compromisos y sentimientos.
Parece que en estos poquitos días han pasado miles de cosas. Ya lo decía mi compañero de habitación Alfredo (México): “...hombre!, ¡si llegué ayer y parece que estoy hace un mes!...” Es muy cierto.
Hemos vivido unas pocas horas acá en El Salvador y ya comenzamos a impregnarnos de su historia de resistencia, de sus heridas, sus violencias, sus riquezas y esperanzas. A pesar de la distancia este país se siente muy cercano a lo que vivimos en Chile hace muy poco y si bien pareciera que estamos en otro lugar, parafraseando a Violeta, latinoamérica toda se ubica al centro de la injusticia.
Llegando al almuerzo no entendía nada, todos en la puerta y comenzaron a cantar las mañanitas... ¿quién está de santo? me pregunté por dentro, luego se acerca Lucho (Perú) y me abraza como diciéndome: hombre si es para ti que estamos cantando. ¿Cómo se canta en Chile? escuché mientras saludaba y agradecía a mis compañeros de proceso... luego globos con mi nombre en el comedor, un rico almuerzo... ¿con eso ya estaba bien no? Pero la logística del Centro Bartomlomé de las Casas es top top top... apareció de un lado la torta ¡con uvas al centro! Pedí como regalo que cantaran cada uno lo que canta en su país y todos al mismo tiempo... fue muy lindo el regalo que se me ha hecho acá, realmente un cumpleaños muy especial... pero no acaba de sorprenderme cuando Larry me dice: mira la pared y los mesajes que te deja te ha dejado tu gente...Para no creerlo, estaba proyectado en la pared del comedor mi facebook con todos los mensajes de felicidades, fue muy lindo compartirlos con mis compas de Equinoccio... Gracias a todos y todas nuevamente...
¡Hijole en qué lugar estamos! ¡Y todo lo que se nos viene!
Ó.

sábado, 5 de septiembre de 2009

En viaje

  1. 8:00 (GMT -4) Salí de Santiago con tiempo pero apurado, como siempre. La velocidad del trámite no me dejaba sentir sorpresa, ansiedad, alegría, sólo pensaba en qué iba a hacer para entretenerme en el avión ya que no tenía sueño...
  2. 11:20 (GMT -4)Pasó el tiempo con fluidez, parecía un viaje en bus, sólo que con buena comida y bebida, baños decentes y un paisaje un poco fome cuando comienza el mar de nubes....
  3. 17:00 (GMT -5)Panamá nublado, 3 horas de espera, además vuelo atrasado... sólo me quedaba mirar como otros y otras consumían lo que parecía una ganga... aunque los precios no eran tan buenos como dicen algunos... me conecté y tenía poca batería, asi que fui breve para comunicarme con quienes esperaban mi aviso de llegada... contesté una encuesta (tenía tiempo), ayudé a un compa a conectarse a internet (tenía tiempo), tomé "once" (tenía tiempo), compré el bendito adaptador que se me quedó en la casa, volví a conectarme para informar que ya me iba en otro vuelo a mi "destino final", ocupando la jerga de los espacios de tránsito...
  4. 22:30 (GMT -6)El Salvador me recibe con una tormenta eléctrica de esas de verdad, no como las que hacen en Chile, no no, otra cosa... ésta sí que era tormenta. No sé si era furia o alegría la que demostraba el clima, cualquiera de las dos no me la tomé personal... desembarcando se corta la luz, igual me asusté... luego se demora el equipaje, hasta que por fin salgo del rápido paso por la aduana salvatrucha, busco el letrero "Escuela Equinoccio", ahí estaba esperándome Rutilio, a quien sólo conocía por relatos de mis compañeros porotos.
  5. Rutilio me ve complicado con el equipaje y va a buscar el vehículo, dice que lo espere cerca, le espero, llega, equipaje arriba, una buena conversa: las tormentas, las lluvias, los viajes largos que para mis son cortos, que el partido de chile, que el partido del salvador, no sabía que le tenían tanta mala a méxico en centroamérica (futbolísticamente hablando), el estado salvadoreño en quiebra y Funes haciendo todo lo que se puede, relámpagos que me mostraban la carretera de día como para que la reconociera a mi partida, paramos a comprar un jugo y continuamos la conversa, qué pasa en El Salvador, qué pasó, la guerra, el empleo, empresa privada, dolarización...
  6. llegamos donde Clementina descanso, prendo el laptop, necesito contraseña para el wifi, pregunto: hola, una consulta... ¿hay wifi acá?, responden ¿Qué?, repito:¿hay wifi acá? responden: ¿mande?... entonces digo, ¿internet?... sí, me dicen, inalámbrico... la contraseña es ****** ... provoqué 5 segundos de incomunicación entre personas que hablan el mismo idioma sólo porque yo dolarizaba también el lenguaje.
  7. 2:08 (GMT -6) al tuto.